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  • Foto del escritorPastor Manuel Sheran

ARREPENTIRSE Y CONVERTIRSE



El encuentro sobrenatural de Pablo con Jesús resucitado cambió radicalmente su vida. Y en este momento, mientras se encuentra ante Agripa, Pablo está siendo obediente a esta visión celestial de Jesús. (Hch. 26:19) Pero seguía declarando primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.


Quisiera dirigir su atención a las palabras de Pablo al final del versículo 20. Él nos dice acerca de que trato su predicación: "que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento".


Arrepentirse y convertirse no son términos que escuchamos frecuentemente. De hecho, fuera de la Iglesia, probablemente nunca escuches estas frases. Pero en algunas iglesias lo escuchas con cada respiración que toma el predicador. Entonces, ¿qué quiso decir Pablo cuando llamó a la gente a arrepentirse?

La palabra griega que Pablo usa en nuestro texto para arrepentirse es el verbo metanoeo y significa cambio de mente.

De manera que lo que Pablo está diciendo aquí es: "[Cambia de mente] y acude a Dios, realizando acciones que sean apropiadas para [alguien que ha cambiado de mente]". ¡Pablo está predicando acerca de santidad! Recuerda con quién está hablando, el rey Agripa, que estaba casado con su hermana. Pablo está predicando un mensaje que lleva a las personas a Dios y produce buenas obras.

Ahora déjame hacerte una pregunta muy importante: ¿es necesario el arrepentimiento para la salvación? Supongo que depende del significado que le atribuyas al arrepentimiento. ¿Tienes que cambiar de mente para ser salvo? ¡Seguro! La salvación es un cambio de mente porque antes no creías en Cristo y ahora sí.

El arrepentimiento no es un acto único, sino una elección de estilo de vida. Es una evaluación continua que hago mientras comparo mi vida con la Palabra de Dios y trato de conformarme a la imagen de Cristo. Cuando veo áreas que están alejando mi enfoque de la voluntad de Dios, restablezco mi enfoque en Cristo y alineo mi vida con Su voluntad. No significa que me golpee en la cabeza y viva en la miseria, sino que elijo mantenerme alineado con el camino de Dios al enfocarme en Jesucristo.

El arrepentimiento es reconocer que el plan de Dios es bueno y que mi camino no tiene ningún beneficio duradero. Martin Lutero tenía razón cuando dijo que cada día es un día de arrepentimiento.


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