Por. Cesar Vidal
La iglesia católica era tributaria de una visión del trabajo desvinculada de la Biblia… Gracias a Eusebio, el gran defensor del constantinianismo del siglo IV…se hizo una diferenciación entre trabajos mas y menos santos. Esta visión no era originalmente cristiana… Pero, gracias a la inyección del paganismo que recibió el cristianismo en el siglo IV… se fue fortaleciendo [esta diferenciación del trabajo] a lo largo de la Edad Media. Desde luego, a inicios del siglo XVI, en el momento que estalló la Reforma, nadie habría discutido la existencia de trabajos mas dignos y menos dignos; que ciertas ocupaciones no eran propias de los señores o simplemente de gente que se preciara e incluso que el trabajo era, a fin de cuentas, un castigo impuesto por Dios a nuestros primeros padres por su caída en el huerto del Edén. La Reforma, al regresar a las Escrituras, presento una visión radicalmente distinta del trabajo.
De entrada, el regreso a la Biblia permitió descubrir…que Adán ya había recibido de Dios la misión de trabajar antes de la Caída (Gen 2:15) y que esta labor consistía en algo tan teóricamente servil como labrar la tierra y guardarla…Aquel sencillo descubrimiento cambiaría la Historia de Occidente-y con ella la Humanidad- de manera radical.
Martín Lutero en relación con las tareas de la casa señalaría…"Vuestro trabajo es un asunto muy sagrado. Dios se deleita en el y a través de él desea conceder su bendición sobre vosotros.(Sal 128:2)
Juan Calvino…fue también muy claro al respecto…Es un error afirmar que aquellos que huyen de los asuntos del mundo y se dedican a la contemplación están llevando una vida angélica (Luc. 10:38)…sabemos que los hombres fueron creados para ocuparse con el trabajo y que ningún sacrificio agrada mas a Dios que el que cada uno se ocupe de su vocación y estudios para vivir bien a favor del bien común.
En ambos casos, lo que escribían Lutero y Calvino, tenia un contenido extraordinariamente novedoso e incluso podría decirse que revolucionario. El trabajo de la gente mas sencilla…no era inferior ni carente de importancia. Por el contrario, contaba con una enorme dignidad porque, desde antes de la Caída, Dios había dispuesto que el ser humano trabajara. La que limpiaba, el que sembraba, quien quitaba la suciedad de las calles desarrollaba una labor mucho mas importante y, desde luego, no menos digna que la de aquellos que decidían encerrarse en un convento, por regla general, para vivir del trabajo de otros.
Edición: Manuel Sheran
Fuente: Vidal, C. (2016). UNA VISION DEL TRABAJO NACIDA EN LA BIBLIA. En C. Vidal, El Legado de La Reforma una herencia para el futuro (págs. 258-259). Tyler: JUCUM.