Rom 1:16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.
¿Alguna vez se ha sentido inseguro o se disculpa por creer en el evangelio? Quizá si tiene confianza en la verdad y el poder del evangelio, pero aun así ... la gente a su alrededor piensa que es tonto, anticuado o aburrido. Puede que se haya sentido "avergonzado" por eso.
Si este es usted, la solución no es sentirse culpable o castigarse. La solución es volver al evangelio. Y contestar a las preguntas ¿Qué es? ¿Por qué es poderoso e importante? ¿Por qué me siento inseguro de creerlo, vivirlo y proclamarlo?
Si usted duda en proclamar el evangelio por miedo a no saber todas las respuestas, no se preocupe. ¡Nunca tendrá todas las respuestas! Pero eso está bien. Porque no tiene que tenerlas. Solo necesita conocer el evangelio para proclamar la verdad de Dios. Tener respuestas a más preguntas es útil, pero no necesario.
La palabra "poder" se traduce de la palabra griega "dunamis" y es donde obtenemos nuestra palabra "dinamita". En otras palabras, el Evangelio de Dios es dinamita - ¡que es altamente explosivo! Sin embargo, tiene el poder para un propósito muy específico: "Es el poder de Dios para salvación de todo aquel que cree."
El evangelio de Dios tiene el poder de transformar las vidas de las personas alrededor y darles una razón de ser. El poder intrínseco de la palabra es liberado por la acción de creer. Eso es un gran alivio para nosotros. Porque es su palabra la que transforma a las personas. No nuestra capacidad para responder preguntas difíciles. Nuestra responsabilidad solo es proclamarlo, Dios hará el resto.
No nos dejemos intimidar por el mundo. Volvamos al poder y el mensaje del evangelio. Proclamémoslo sin censura y sin poner expectativas innecesarias sobre nosotros. Cuando lo hagamos, Dios se encargara de honrar su palabra.